Científicos Israelíes Trabajan para Frenar la Candida
La candidiasis es una infección fúngica generalizada causada por una levadura (un tipo de hongo) llamada Candida, y el tipo más común es Candida albicans. Normalmente vive en pequeñas cantidades en la piel y dentro del cuerpo – en la boca, garganta, intestino y vagina – sin causar ningún problema.
La levadura está presente a niveles bajos en los cuerpos de la mayoría de las personas sanas, formando parte del microbioma – un espectro diverso de microbios que residen pacíficamente en el intestino y en la piel. Las bacterias que viven en y dentro del cuerpo combinadas con los esfuerzos del sistema inmunológico ayudan a mantener las poblaciones de Candida bajo control.
Sin embargo, este primo lejano de levadura de panadero es famoso por causar varios tipos de candidiasis que puede ser una molestia importante. Un crecimiento excesivo del hongo puede ser doloroso, dar picazón, molesto e incluso, en casos extremos, mortal. En estos casos graves, se puede propagar al torrente sanguíneo y desde allí a los riñones. Dichas infecciones potencialmente mortales pueden ocurrir cuando el sistema inmunitario de una persona se ha debilitado, por ejemplo, por el SIDA o por fármacos inmunosupresores tales como quimioterapia contra el cáncer o esteroides.
En un estudio publicado el lunes 27 de junio en la prestigiosa revista Nature Immunology, un equipo de investigación del Weizmann Institute of Science de Rehovot, encabezado por el profesor Jakub Abramson, descubrió un mecanismo de defensa previamente desconocido empleado por el sistema inmunitario para combatir las infecciones por Candida.
Estos hallazgos abren nuevas direcciones de investigación que en el futuro podrían ayudar a desarrollar nuevos tratamientos para la Candida severa y posiblemente para otras infecciones fúngicas. El mecanismo recién descubierto podría, por ejemplo, ayudar a producir grandes cantidades de células T que combaten la Candida para ser utilizadas en la terapia celular. Y si un día, los científicos identifican las señales por las que los Aire-ILC3 aumentan la proliferación de células T, estas señales en sí mismas podrían proporcionar la base para nuevas terapias. (JPost/ Noticias VPI)
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