Cómo Israel se Ubica Entre las Naciones Más Felices a Pesar de la Agitación Constante - Opinión
Hace aproximadamente una década, la ONU decidió medir la felicidad de los ciudadanos en varios países. Este índice de felicidad global se basa en una encuesta en la que se pide a los encuestados que califiquen su felicidad en una escala del 1 al 10, la ayuda que reciben del estado en momentos de necesidad, el grado de libertad en su país y el nivel de corrupción.
Como era de esperar, Finlandia se clasifica constantemente como el país más feliz, principalmente debido a su mínima disparidad económica. Mientras tanto, Israel sigue escalando rangos, posicionándose entre los 10 países más felices.
Esto plantea una pregunta fascinante: ¿Cómo mantiene Israel un rango de felicidad tan alto a pesar de su tumultuosa realidad, marcada por conflictos, presiones y tensiones? Aún más intrigante es cómo, después de los eventos traumáticos de octubre, el índice de felicidad de Israel no solo se mantuvo estable, sino que en realidad mejoró.
Después de la crisis del 7 de octubre, muchos anticiparon una disminución significativa de la salud mental en Israel. Contrariamente a estas predicciones, el Ministerio de Salud informó una disminución en los suicidios de octubre a diciembre en comparación con años anteriores, incluido el período de pandemia.
Uno de los elementos clave medidos en la encuesta de felicidad es la disposición de los residentes a ayudar a extraños. Israel sobresale en este sentido, demostrando una fuerte cultura de ayuda mutua, especialmente en tiempos de angustia. Durante la pandemia de COVID-19, este apoyo comunitario aumentó significativamente el índice de felicidad en Israel.
Después del 7 de octubre, Israel también fue testigo de un cambio notable. El evento traumático provocó una ola de solidaridad y apoyo mutuo sin precedentes. El sentido de "unión" y destino compartido se hizo palpable. La gente descubrió una fortaleza mental y un sentido de significado que trascendía las luchas individuales. (JPost / Noticias VPI)
“Padre Celestial, te damos gracias por darnos gozo y fortaleza durante las pruebas y tribulaciones. Te damos gracias por todo lo que das o permites que nos posibilita producir los frutos del Espíritu Santo: amor, bondad, paz, alegría, paciencia, bondad, autocontrol y fidelidad. Confiamos y esperamos que todo suceda de acuerdo con Tu perfecta Voluntad y nos regocijamos al saber que Tú tienes el control total de nuestro futuro. Te invitamos a entrar en nuestros corazones para morar en ellos y terminar la increíble obra que has comenzado en nosotros".