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Hostages

Padre del Rehén: ‘Por Fin Puedo Decir Que Mi Hijo Era Soldado’

Avi Ohana, padre de Yosef Jaim Ohana, describió la agonía y el alivio de finalmente poder reconocer el servicio militar de su hijo después de la liberación del joven del cautiverio. Durante los largos meses en que cada detalle podría usarse para dañar a un rehén, las familias a menudo viven en silencio, midiendo cada palabra, limpiando las redes sociales y orando a través del silencio. La reunión trajo gratitud, pero también el sobrio reconocimiento de que la sanidad del trauma es un proceso medido en temporadas, no en titulares.

Su relato ofrecía una ventana a las cargas invisibles que llevaban las familias de los rehenes: la incertidumbre diaria, el temor a los rumores, el temor de que la esperanza misma pudiera invitar a la decepción. Incluso en momentos de alegría, la necesidad de privacidad y estabilidad sigue siendo aguda a medida que los sobrevivientes comienzan las evaluaciones médicas, el asesoramiento y un retorno cuidadosamente administrado a los ritmos ordinarios. Los seres queridos están aprendiendo a dejar que el descanso, la nutrición y el tiempo hagan su trabajo en silencio.

A medida que los grupos de defensa renuevan la atención a los que aún están desaparecidos, el testimonio de la familia refuerza una simple súplica: no lo olviden. Cada nombre aún en cautiverio representa una vida suspendida, y cada regreso a casa requerirá recursos y paciencia mucho después del primer abrazo. Las comunidades de fe y cuidado pueden sostener este maratón con ayuda práctica e intercesión persistente.

(INN/Noticias VPI)

"Señor, protege a cada rehén y a cada familia bajo Tus alas. Otorga fortaleza para el largo camino de recuperación, sabiduría para los cuidadores y éxito para aquellos que trabajan por la liberación del difunto. Que la justicia prevalezca y la paz eche raíces en cada corazón herido por la violencia".